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Hacer, pensar, sentir

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Vivimos un momento apasionante en el que las tecnologías digitales lo cambian todo a gran velocidad. Hablamos de un futuro glorioso o de la cuarta revolución industrial mientras estamos vaticinando el fin del planeta.


Nunca habíamos estado expuestos a tanta información y sin embargo, nos sentimos
desinformados y más manipulados que nunca.
Reconocemos que no tenemos tiempo para pensar, leer o estar con nuestros hijos y hablamos del falso “ tiempo de calidad”, mientras pasamos más de 3 horas al día frente a diferentes pantallas.


Hablamos de la muerte como una enfermedad que podremos curar, pero nos preocupa la escasez de agua dulce, falta de alimentos o la extinción de especies animales y vegetales a lo largo y ancho del planeta.
¿Qué paradoja estamos viviendo, no creéis? Y cómo vamos a resolverla? Blockchain, AI, RA, RV, Algoritmos os suena?.


Es posible que sea la tecnología la que nos ayude a resolver esta paradoja, pero hoy uno no quiero hablar de tecnología. Hoy me gustaría hablar desde lo mas profundo sobre las tres cosas que pienso y siento que deberíamos hacer mas intensament si queremos recuperar la esencia de lo que somos.


En 1943 Maslow elaboró “Una teoría sobre la motivación humana” donde describió cómo nos comportamos y priorizamos en función de nuestras necesidades. Desde las necesidades básicas, el alimento…; la seguridad, el sentimiento de pertenencia, pasando por el reconocimiento hasta alcanzar la deseada autorealización.

¿Estamos hoy construyendo una pirámide robusta ? ¿Una sociedad robusta? ¿Seres humanos robustos?.
Recuerdo a mi madre, hace no muchos años, leyendo sus libros de radiología, nunca dejó de estudiar Pasaba del scanner a las novelas policiacas. Dedicaba el mismo primor a preparar una crema pastelera, que a diagnosticar a sus enfermos.

Disfrutaba de hacer la compra, tocando, sintiendo y oliendo y los fines de semana, junto a mi abuela, me lo enseñaba con paciencia cómo hacer unas buenísimas alubias rojas, a fuego lento o el arte de albardar la merluza con “angelitos” como si fueran los bordados de los cuellos de las pinturas del Greco.
Pasábamos tardes enteras de los sábados recorriendo los pasillos del Prado llenando nuestra cabeza de cosas que creíamos inútiles y que ahora, ahora entiendo tan bien.

Han pasado poco tiempo pocos años, pero todo ha cambiado muy rápido y cuando pienso qué hacia ella, que hacían ellas, nuestras madres, nuestras abuelas, ademas de sentir con los cinco sentidos, saboreaban ( Paladear) el tiempo para poder “hacer”; para poder “Pensar”; y para poder “Sentir”. Tres palabras. Pequeñas. Inmensas. Infinitas.


Más que nunca, Imprescindibles.

1. Hacer

El libro El Artesano de Richard Sennet describe con maestría el proceso largo que lleva a un ser humano a convertirse en maestro. Un proceso que requiere tiempo para que una actividad se aprenda, se perfeccione hasta que se asimile. Horas, días, meses, años.
Desde bruñir el cuero; Crear un Stradivarius; Convertirse en Steve Jobs o Bill Gates; O pilotar un avión.
El placer de hacer y de recuperar la conexión mano cerebro, que nos permita desarrollar nuestra destreza inteligencia y nuestra inteligencia destreza. Necesitamos Tiempo, experiencia noches sin dormir, errores, aciertos, experiencia callos…Las manos, nos ayudan a pensar Y El tiempo nos hace más sabios.

Pero esta revolución de la velocidad, hace que queramos dominar y profundizar, convertirnos en maestros, sin dedicar tiempo; y para lograr la “maestría” en algo, esto no hay atajos. Por mucho que creamos que somos expertos porque tenemos respuestas rápidas enGoogle; no dejaremos de ser simples aprendices, salvo que dediquemos tiempo a profundizar y a hacer.

2. Pensar

Esto nos sucede igualmente con las tecnologías digitales , por eso, tenemos que darnos tiempo para entender y dominar la tecnología. Para profundizar lo suficiente que recuperemos el control de nuestros pensamientos y nos alejemos de la manipulación que parece que nos preocupa.
En esta era de la velocidad exponencial, quizás lo sensato y revolucionario sea parar más, para observar, para reflexionar, para profundizar.

Caminar despacio y pensar, leer, cuestionar y debatir para pasar de pensamientos superficiales de 280 caracteres, a lo profundo y así tomar el control de lo que PENSAMOS, en definitiva de LO
QUE SOMOS.

CONSTRUIR una base solida para la pirámide del pensamiento donde ingredientes como el latín, los griegos, el arte , la historia, la lengua sean tan importantes como las ciencias y las matemáticas y todos ellos se conviertan en la base, nuestra base del pensamiento para construir los filtros que nos permitirán tomar las decisiones que definan nuestro futuro.

3. Sentir

¿Nos miramos, y nos ruborizamos lo suficiente? ¿Hemos perdido cierta sensibilidad al dolor, a la tristeza o incluso a la compasión?.
De la misma manera que tenemos que profundizar en nuestros pensamientos, también deberíamos parar y mirarnos más. Abrazarnos más, tener miedo y compartirlo, o simplemente emocionarnos. Al fin y al cabo, es lo que somos, emociones.

Conclusión

Hoy vemos como las maquinas entran en nuestro territorio del “ hacer” , son más eficientes en las tareas mecánicas y nos pueden reemplazar en ellas, porque DEJAR DE HACERLAS no nos hace menos humanos. De hecho eso nos permite recuperar tiempo, ese tiempo que necesitamos liberar para profundizar MÁS que nunca en el territorio del pensamiento y en el territorio de las emociones.
Pensar con más profundidad, sentir con más pasión. Reflexionar con calma y reír o llorar con intensidad.
Re Construyamos de nuevo nuestra una nueva pirámide. Podemos reordenar, re-priorizar.

Es nuestro momento de vivir la tecnología con todos nuestros sentidos. Este es el momento de recuperar nuestra esencia, para seguir construyendo seres humanos increíbles, que hagan, y recuperen sus manos pero sobre todo que piensen y sientan más que nunca.


Hacer, pensar, sentir. Mano, cerebro, corazón
…Tan sencillo…Tan complejo…Tan importante