Este fin de semana, han sucedido muchas cosas que probablemente cambien el devenir de la historia. Además del estreno de la séptima entrega de StarWars, hemos sido testigos del fin de un ecosistema político donde existían dos jugadores que dominaban el terreno de juego político.
No voy a hablar de política, ni de StarWars, pero voy a utilizar ambos como ejemplo de lo que está sucediendo en el entorno económico. Pero no os asustéis, no habrá spoilers.
Llevamos casi un año hablando de transformación digital y de lo importante que son las variables cualitativas, las que llamamos «Soft» en éste proceso imprescindible. El cambio es algo inherente al ser humano y a las organizaciones de las que formamos parte, sin embargo, cuando estamos inmersos en el mismo, cuando somos protagonistas, nos resulta tremendamente complicado asumir que debemos hacer las cosas de manera diferente. No lo vemos necesario, pensamos que todo permanecerá inamovible y que, si además, hemos llegado lejos en la organización y hemos tenido éxito, no hay razón para cambiar.
Sin embargo, mientras nosotros nos preguntamos si hay que cambiar o no, el mundo avanza, los competidores, los clientes, en este caso, los ciudadanos están cambiando, avanzando y nosotros inmóviles, nos quedamos atrás, como el «decorado» de una estación de tren que ve como se aleja inexorablemente el tren a toda máquina…
Ayer, España avanzaba como esa máquina de tren, mientras las instituciones, algunas, impasibles, seguían creyendo que podían mantener el Status Quo, creían que el cambio era ajeno a ellos. Pero la historia siempre acaba igual, nos topamos con la realidad de bruces. Realidad en forma de mercado, de país, de ciudadanos y todos ellos, hoy, tenemos un poder y una capacidad de provocar cambios que hace años, eran impensables.
Cualquier empresa, debe cambiar por completo su manera de enfrentarse a su mercado y a sus clientes. Mi sugerencia es siempre la misma, recuperemos los clásicos. Apliquemos Kotter a pies juntillas… Empezando por generar sensación de urgencia, pasando por el diseño de una visión de compañía hasta modificar por completo la cultura, una cultura que se destile en todos y cada uno de los empleados y que envuelva todo lo que hagamos .
El gobierno desaprovechó una gran oportunidad, no supo valorar suficientemente lo que tenía, no escuchó a los ciudadanos, sus clientes, no pensó que teníamos el poder para gritar y provocar un cambio.
Tampoco se preocupó por la comunicación, por acercarse, de manera más humana y transparente a cada uno de nosotros y compartir, logros y errores, que contados de la manera adecuada, muchos los ciudadanos habrían entendido y les habrían tornado como más humanos y cercanos ante nuestros ojos.
Como hemos visto el liderazgo y la comunicación son fundamentales y para mantenerse en lo alto, y avanzar mientras el tren avanza, lo único que no puede parar es el cambio.
Lo que sucedió ayer al país, nos pasará dentro de las organizaciones. No será algo abrupto, instantáneo. Quizás no nos demos cuenta porque no habrá recuento de papeletas una noche de domingo, pero sucederá y acabaremos sintiéndolo. Esa arrogancia, ese ego, esa autosuficiencia, ese «yo he traído el barco hasta aquí, se cómo hacerlo», es lo que hará naufragar la nave. Y no sólo nos preocupa la nave, sino el ecosistema económico de este país, que poco a poco, sino hay un cambio rápido, profundo, sensato, se vaya marchitando y cuando nos demos cuenta, ya no haya marcha atrás.
El viernes estrenaron StarWars, El despertar de la fuerza. En el primer fin de semana ha recaudado 57 millones de dólares en Estados Unidos y ha batido todos los records en preventa de entradas.
«Nada cambia, para que todo cambie»paradoja expuesta en la novela, El Gatopardo , del escritor italiano Lampedusa.
Para los que la hayáis visto, una película maravillosa, como ya lo fueron las primeras. Parece que nada cambia, pero «casi» todo cambia, para adaptarse y seguir batiendo records en todo el mundo. Los actores, nuevos; Incluso androides nuevos…Sin embargo, cuando estás inmerso en las casi dos horas de película, estás en territorio amigo, sientes que estás en casa. Historias nuevas, que cuentas verdades eternas, de una forma diferente…y la heroína de la película, una MUJER, joven, fuerte, inteligente, valiente y no te das cuenta de que es guapa, guapísima porque ves su humildad y su capacidad de luchar contra viento y marea.
Una nueva productora, un nuevo director y guionistas, que CAMBIANDO, EVOLUCIONANDO, ADAPTANDOSE A LA REALIDAD, han sido capaces de mantenerse en «la cresta de la ola» , ofreciéndonos un producto, que los de siempre y los nuevos, nuestros hijos, disfrutarán e incluso recordaremos por muchos años, no perdiendo ni un ápice de su esencia.
El cambio es esencial en el ser humano, en las organizaciones, en los países. Los que no lo vean, los que no se adapten, sufrirán el terrible castigo de la cruda realidad.
Diversidad, juventud, comunicación, mezcla…Los ingredientes están claros …pero… ¿Tendrán los gestores de las empresas la VALENTÍA de afrontar este cambio necesario?