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El juego infinito o cómo recuperar el alma

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Hay libros que son maravillosos porque son simplemente maravillosos; Hay otros que además de serlo, te abren muchas de esas puertas que tanto me gustan a nuevos mundos a través de lecturas increíbles.

Hace unas semanas mi amiga Luisa me traía un precioso lirbito sobre auto liderazgo y “tuve” que ir comprando cada libro que referenciaba. Más de 15 de los que ya he leído la mayoría. El libro era «Cabeza, corazón y manos. Un viaje de transformación personal» de Alvaro González-Alorda, que leí con interés y que guardaré por muchas razones, entre otras porque me descubrio un nuevo viaje personal y otro porque alimento ni cabeza y mi alma durante meses de lectura y eso es un grandioso regalo.

De entre esa magnífica lista descubrí dos joyas desconocidas para mí de Simón Sinek, yo me quedé en el por qué, sobre cómo entender el propósito y el liderazgo empresarial.

Quizás ya conozcáis el libro “El juego infinito” de Sinek y su teoría, pero para mi ha sido un descubrimiento que me ha permitido terminar de unir unos puntos que aún tenía abiertos en mi cabeza y todos han encajado a la perfección.

La manera de entender una empresa como algo más grande que una cuenta de resultados permite a las compañías reinventarse y ver mucho más allá, de la misma manera que como personas tener un propósito nos permite tener un filtro claro que nos permitirá tomar decisiones de manera más coherente y alineada con nuestros valores y nuestra Ética.

Tras leer esta joya, así como el libro en el que se basa, me dí cuenta de que hay compañías simplemente con Alma, con mucha Alma y es el Alma lo que les permite adentrarse a un futuro lejano y a superar sea lo que sea que el destino tiene preparado para ellas.

Hay compañías que de forma honesta quieren contribuir a un fin último y cuanto más profundo y verdadero sea ese fin, esa visión y ese propósito, más posibilidades tendrán las compañías de evolucionar y adaptarse a lo que les depare el futuro.

Vivimos en un mundo incierto, pero no es algo nuevo, somos y siempre hemos sido frágiles. Vivimos preocupados de nimiedades cuando un virus minúsculo pone en jake al mundo y quizás sea un buen momento para repensar lo que es prioritario y lo que no.

Pensemos de un hilo, y todos los hilos están conectados….

Creemos que somos poderosos y fuertes pero la enfermedad paraliza economías que como están conectadas paralizan al mundo mientras el miedo se extiende y como ya vivió la humanidad antes no hay nada tan aterrador como una crisis provocada por el miedo.

El mundo cambia sin vuelta atrás. Pero no es sólo por la revolución digital. Ojalá.

Creo que vamos a un replanteamiento general sobre cómo vivimos, cómo consumimos; cómo viajamos y el impacto de cada cosa que hacemos en nuestros cuerpos, en nuestras familias y en nuestro planeta.

Si estamos de acuerdo en que esto es así, hoy más que nunca, es fundamental que construyamos empresas infinitas y que trabajemos en convertirnos en individuos infinitos. Con propósitos profundos.

También que aquellos que trabajemos en ellas nos sintamos orgullosos, protejamos su presente mientras construimos su futuro y abanderemos la lucha por la supervivencia y la creación de muchas más compañías con alma sin, claro está, perder la nuestra como individuos. 

A jugar a un juego infinito.

Gracias por leerme.

Mosiri